Ibercultura, el punto de encuentro del español en Suiza
Librería, escuela de español (ELE) y punto de encuentro cultural. Éstas son las tres “almas” que conforman Ibercultura, una suerte de ateneo del mundo español en Suiza que ha vivido dos fases en su longeva trayectoria desde su fundación en 1975 por parte de un matrimonio gallego-leonés.
Su actual propietaria, la madrileña Fátima del Olmo, nos recibe en su rincón en Lucerna y nos relata su experiencia como emprendedora cultural en Suiza, un país donde recaló en 2003 por amor y en el que, a falta de una sede del Instituto Cervantes, se ha convertido en uno de los grandes referentes de nuestro idioma. En sus estanterías comparten espacio los libros de enseñanza de ELE con un variado catálogo de libros, en el que destacan los géneros de literatura no ficción, cómic o infantil. Una pequeña embajada cultural en Suiza y un marco especial para veladas entre emigrantes españoles y suizos amantes de nuestro país.
¿Cuáles son los orígenes y la situación actual de Ibercultura?
Ibercultura nació en 1975, fundada en el barrio de BaBel-Quartier por un matrimonio de españoles: Baldomero García, leonés, y Rosa María Requejo, gallega. Surgió en respuesta a la necesidad de contacto de la entonces amplia comunidad de inmigrantes españoles. Nació casi como un quiosco de prensa, con periódicos, revistas y artículos deportivos, y además ofrecía otros servicios como gestión de billetes de autobús o formación a distancia. Con el tiempo fue ganando peso la presencia de los libros, primero para dar servicio a la comunidad educativa que enseña español como lengua extranjera (ELE), y luego también ampliando su público a una comunidad hispanohablante más extensa y cada vez a más suizos interesados por la cultura en español. A finales de 2015, Rosa María se jubiló y decidió traspasar la librería. Llevaba una docena de años gestionándola sola y con ella abrí en 2012 la escuela de español. Cogí traspaso y en marzo de 2016 la reabrí en su actual ubicación, en Hirschmatt-Neustadt, en un local más pequeño pero lo suficientemente amplio para las necesidades de Ibercultura; céntrico, pero sin estar en la zona turística; y en un barrio muy vivo y agradable.
¿Qué te llevó a Suiza?
Vine a Suiza porque mi pareja es suiza y aquí llevo viviendo aquí desde agosto del 2003 y tenemos una hija de 15 años.
¿Qué líneas de actividad tiene la librería?
Ibercultura tiene tres almas: librería, escuela y punto de encuentro cultural. En España sería considerada una librería generalista, porque, aunque el peso de la sección de materiales didácticos para la enseñanza del español es muy grande, ofrecemos un abanico muy amplio: ficción (con especial relevancia de autores y autoras hispanohablantes), libros de no ficción (historia, sociología, política…), cómics y novela gráfica, infantil y juvenil… y también algunas películas y series españolas. Pero paradójicamente, aquí en Suiza, sí soy una librería de nicho porque estoy altamente especializada en libros en lengua española. Y también tenemos una pequeña colección en galego, euskera y catalá, sobre todo infantiles.
¿Qué es lo más vendido y lo que mejor te ha funcionado?
Además de la sección de ELE, que ya venía funcionando muy bien y que procuro mantener lo más actualizada posible, está teniendo éxito la literatura infantil y juvenil. Decidí desde el primer momento que a los lectores más jóvenes hay que tomárselos muy en serio, así que hui de los “libros a granel” y he sido muy selectiva. Y también me da muchas alegrías esa otra alma de Ibercultura que son los eventos culturales: cuentacuentos para niños, conferencias sobre arte, talleres de feminismo, encuentros con autores y, los dos más visitados, las veladas poéticas y el club de lectura. Noto que quienes vienen valoran enormemente tener un punto de encuentro y de discusión en español.
¿Qué línea comercial sigues y qué géneros literarios podemos encontrar en la librería?
Traigo tanto catálogos de editoriales grandes y medianas de gran prestigio y que llevan muchos años asentadas en el sector, como novedades de pequeñas editoriales, valientes y altamente comprometidas con la calidad. Soy una firme defensora de apoyar al editor independiente que lucha por sacar adelante proyectos muy valiosos sin apenas posibilidad de promocionarlos. Y, además de la literatura infantil y juvenil, he visto cómo ha ido poco a poco creciendo la demanda de libros de no ficción y de novela gráfica.
¿Cómo se percibe el español como idioma en Suiza? ¿Está extendido su uso y en qué sentido?
El español es un idioma apreciado en Suiza. Además de la numerosa comunidad hispanohablante, bastantes suizos y suizas se interesan por la lengua y la cultura en español. Sorprendentemente no tenemos un Instituto Cervantes que haga de buque insignia, pero ocho universidades tienen departamentos de español y está extendida la enseñanza en todos los niveles, incluso como asignatura troncal en los institutos. Sin embargo, su uso no está muy extendido en el día a día de Suiza, fuera de las relaciones de inmigrantes españoles de primera o segunda generación. En cierta medida hay un interés, creciente, no sólo a través de la literatura o el arte, sino también de la música o el cine. Sin embargo, hay un aspecto en el que el español aún acusa cierta debilidad y es en su bajo posicionamiento como lengua relevante para los negocios y la economía, a pesar de su enorme potencial.
En la faceta empresarial, ¿qué ventajas o inconvenientes tiene Suiza para un emprendedor/a?
Quizás lo más sorprendente es la relativa facilidad en los trámites burocráticos, en cuanto a gestiones, licencias y transparencia. También funcionan muy bien en Suiza las asociaciones sectoriales, los círculos de empresarios y las uniones locales de comercio, que apoyan mucho la promoción de las PYMES locales. Respecto a los inconvenientes, el principal son los altísimos costes en Suiza: desde el alquiler a los salarios, pasando por lo carísimo de una reforma o lo escandaloso de un servicio de mantenimiento de un software. Además, para quienes importamos mercancías, el hecho de que Suiza esté fuera de la UE y tengamos que pasar trámites aduaneros nos dispara también los costes de cualquier envío. Por último, conocer lo más posible el idioma y la idiosincrasia cultural del país donde te instalas es fundamental para evitar cometer ‘errores de bulto’.
¿Cómo ha evolucionado la comunidad emigrante en Suiza?
Suiza ha recibido dos oleadas de inmigración española, una muy numerosa, en los años 60 y 70, y otra menor pero sin duda relevante como consecuencia de la crisis financiera e inmobiliaria de 2008. La primera pivota aún en gran parte alrededor de los círculos y asociaciones creados hace medio siglo y que han sido tan relevantes han sido para mantener la cultura y sostener emocionalmente a los inmigrantes. Por su lado, los más jóvenes que llegaron en los últimos 10 años se mezclan más habitualmente en grupos multiculturales, aunque ocasionalmente buscan puntos de encuentro en español, pero no necesariamente los mismos que reúnen a la comunidad veterana. Además, tienen una relación con España a través de internet y de los viajes más económicos, más fluida y menos marcada por el factor emocional.
¿Hay colaboración entre la comunidad empresarial española?
Aquí mi experiencia es menor y quizás un poco distinta a la de otro tipo de empresas que pueden establecer sinergias más claras en el ámbito privado. En el mundo de la cultura nos movemos entre lo público y lo privado, lo meramente empresarial y lo reputacional, que no se traduce siempre en beneficios económicos. Así que, fuera de la colaboración del ICEX en nuestra presencia en la feria LIBER del libro en Madrid o Barcelona, los puentes que estamos intentando tender y reforzar es más con instituciones culturales públicas españolas y suizas y con asociaciones de promoción cultural, para crear sinergias por ejemplo para organizar visitas de autores, coordinar efemérides, etc. Por supuesto, a nivel local, establecemos relaciones especiales, de cordialidad y apoyo mutuo, con pequeños empresarios españoles de tu entorno más próximo, como puedan ser restaurantes, academias de bailes o asesorías jurídicas para inmigrantes, e intentamos ayudarnos y promocionarnos entre nosotros.
¿Cómo ves a España desde Suiza?
Con amor y cercanía. Mi identidad con mi país sigue siendo muy fuerte tras tantos años fuera, además, lógicamente, de por razones familiares, también porque gran parte de mi trabajo consiste precisamente en transmitir qué es España a través de su lengua, su cultura y también su actualidad. Mi visión depende mucho de en qué momento y en qué aspecto, porque puede oscilar entre la admiración (ser vanguardia en feminismo o en trasplantes o tener un sistema de sanidad pública, con todos sus problemas, pero fuerte y público) y la preocupación (el paro estructural, la desinversión en investigación y educación, la polarización política baldía en el monocultivo informativo de algunos temas). En todo caso, España es apasionante. A veces excesivamente apasionante.
¿Qué crees que puede aportar la comunidad emigrante a España en un momento tan importante como éste?
Perspectiva. Vivir fuera de tu país te da mucha perspectiva. Te ayuda a ser menos localista en tu percepción del mundo (o debería), a poner en valor lo positivo que tiene tu país y que, a lo mejor, desde dentro no se aprecia suficientemente. Pero también te hace ver puntos de mejora que España podría implementar. Quizás faltan canales para hacer llegar estas visiones complejas a España, porque los programas más o menos folclóricos de españoles residentes en el extranjero no profundizan en estos temas y que se quedan en lo superficial y anecdótico, cuando no ofrecen visiones directamente deformadas o muy idealizadas. Una posibilidad podría ser que la prensa, en serio, debería dedicar secciones realmente serias a dar voz a la emigración española. Y luego, por supuesto, la comunidad emigrante en el sentido inverso podemos y debemos ser embajadores culturales (y económicos, si se presenta la ocasión) de nuestro país allá donde nos encontremos.
¿Volverás a vivir a España?
No me cierro a ninguna posibilidad, pero en estos momentos, más que nunca, hemos aprendido de manera bastante traumática, aunque espero que enriquecedora también, que los planes se nos pueden trastocar repentinamente. Ahora mismo me conformo con hacerme a la idea de cuál es mi futuro los próximos meses.
Más información y contacto: Ibercultura GmbH