Los españoles creen que el nivel de corrupción de su país es superior al de otros menos desarrollados, como China o Marruecos. En una escala de 0 a 10, España encabeza la lista con un 8,3, seguida de Italia, con un 8,1, y Grecia, con un 7,5. A más distancia se encuentran Marruecos (7,2), China (6,6), Francia (5,7) y Alemania (4,7).
Esta percepción generalizada, que se desprende de los resultados del último barómetro del Real Instituto Elcano, no se corresponde con los datos que ofrecen varios estudios internacionales sobre los países más corruptos. No obstante, según el director del Observatorio de la Marca España, Javier Noya, revela hasta qué punto la corrupción se ve como un problema muy grave dentro del país: “Hay un grado de malestar tan grande que hace que se distorsione la realidad”.
El estudio demuestra que más de la mitad de los españoles (52%) considera la corrupción política el problema más grave para la imagen exterior de España; frente a la cuarta parte de los encuestados, que señala al paro y la pobreza como factores que inciden negativamente en la proyección internacional de España.
En este sentido, los españoles creen que, vista desde fuera, España suspende en Política (2,3), Economía (2,5), Cultura (4,8) y Sociedad (4,9), aunque en las últimas dos áreas roza el aprobado. Para cambiar estos malos datos, un 56% de los encuestados considera que, en estos momentos, el Gobierno debería invertir más dinero en la mejora de la imagen exterior de España.
En cuanto a la iniciativa gubernamental de la Marca España, la mitad de los españoles no ha oído hablar de ella, mientras que solo uno de cada cuatro encuestados conoce la existencia del Alto Comisionado para la Marca España.
Por otro lado, la Unión Europea sigue estando bien valorada entre los españoles y, según los resultados del barómetro, es el único organismo internacional aprobado, con un 5,9. La OTAN (4,8), el G20 (4,8), el G8 (4,5), el Fondo Monetario Internacional (4,2), el Banco Central Europeo (4) y el Banco Mundial (3,9) suspenden.
Dos de cada tres españoles defienden la permanencia del país en la UE, un sentimiento positivo que también acompaña al euro. En este último caso, más de la mitad, el 56,1 % vería mal o muy mal que España dejara la moneda única, frente a un 32,8 % que lo apoyaría.
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