La industria cultural española, como otros tantos sectores, está abriéndose a nuevos modelos de mercado, entre los que destaca la apuesta por la internacionalización. Una de las iniciativas planteadas es la creación de una marca propia que aúne las industrias culturales y creativas españolas y potencie el reconocimiento del sector en el exterior.
Así se desprende del estudio “La internacionalización de las industrias culturales y creativas españolas’, realizado por el Observatorio de Cultura y Comunicación ‘Fundación Alternativas’. Sus autores recomiendan trabajar en “la configuración de una marca común que las haga reconocibles, haciendo especial hincapié en los componentes de creatividad e innovación que, en la actualidad, ya identifican a algunas de estas industrias como la moda, la gastronomía, la arquitectura o los videojuegos”.
Entre las sugerencias, también recogen apostar por las exportaciones “dado el debilitamiento de la demanda interna y el enorme potencial de las industrias culturales y creativas”, algo que requeriría una “mayor financiación pública que sea coherente con los planes de apoyo a la internacionalización de estas industrias”. También en el ámbito de la financiación, “el Estado debe poner los medios para atraer inversión nacional y extranjera y aumentar los planes de ayuda a la creación de empresas de base tecnológica y/o creativa”.
Además, recomiendan aprovechar “los cambios vinculados a los nuevos escenarios digitales, con menores barreras de entrada, menores costes de producción, distribución y difusión y un mayor aprovechamiento de unas economías de escala derivadas de un mercado global”. Como propuesta, apuestan por la creación y consolidación de plataformas comunes de gestión y comercialización de productos culturales en la red. El sector privado, por su parte, también debe ser considerado. Destacan que “el aprovechamiento del knowhow de empresas con una amplia trayectoria en la internacionalización de sus productos puede ser clave en el proceso de apertura exterior”.
Un aspecto fundamental también es cómo materializar toda esta estrategia y qué impacto puede tener en el funcionamiento actual del sector. En este sentido, el análisis apunta que “el diseño teórico que se ha conformado alrededor de la acción cultural exterior puede ser válido, pero falta activar, coordinar y dotarla con más recursos” y advierte de que esta “estrategia puede cambiar radicalmente la situación de los enormes activos culturales españoles”, además de ser la “herramienta más poderosa del “softpower” internacional”. “En estos momentos es casi uno de los escasos recursos posibles para la reorientación del modelo productivo español así como de la diplomacia internacional española”, concluye el informe con contundencia.
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