Por J.Diego Manzanera, de Gulf Business Consulting y colaborador del panel de expertos
Los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) son Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Omán y Bahréin, cuentan con una población total de 40,6 millones y se encuentran entre los territorios del mundo más ricos per cápita en términos de reservas de petróleo y gas por persona. Sin embargo, cuando hablamos de alimentación, debido al clima, la fuerte escasez de agua y la falta de tierras de cultivo; estos países se ven obligados a importar casi el 90% de sus necesidades alimenticias.
Como la producción nacional es insuficiente, las importaciones de alimentos en la región del CCG alcanzaron en 2012 los 25,8 billones de dólares. Esta cifra tan elevada se traduce en una alta dependencia de las importaciones, lo que hace que el suministro de alimentos del CCG sea vulnerable y muy dependiente. Y parece que esto no va a cambiar en el futuro inmediato: se estima que, debido al crecimiento demográfico y al aumento de la renta per cápita, el consumo de alimentos en esta zona llegará a los 51,5 millones de toneladas en 2015, creciendo a una tasa compuesta anual del 4,6% durante el período 2011-2015. Si analizamos el consumo per cápita, tenemos que saber que aumentará en un 2,1% durante el mismo período.
Ante este panorama, los gobiernos del CCG se enfrentan a un gran reto. Pero los jugadores del sector privado con previsiones de expansión tienen ante sí una gran oportunidad en Dubai. Y las pymes españolas del sector alimentario también: sólo en Emiratos Árabes Unidos, el consumo de carne alcanza las 100 toneladas al mes, una cifra que supera y duplica la media del consumo mundial por persona.
Las empresas españolas deben saber también cuáles son los productos más demandados en la zona: los cereales representan el 41% del consumo total y los lácteos son un elemento imprescindible dentro de la dieta, la tradición y la cultura árabe. De hecho, su consumo supone el 16%.
Emiratos Árabes Unidos es también un país consumidor de gran cantidad de refrescos y bebidas no alcohólicas en general: el consumo per cápita en 2012 fue de 560 litros, uno de los más altos de Oriente Medio. Durante el 2012, han obtenido un valor de mercado 648.8 millones de dólares, lo que supone un 3,8% en la tasa de crecimiento. A finales del 2014, se prevé que los refrescos supongan el 41,4% del valor del mercado, seguido del agua embotellada y los zumos con un 34,1% y un 14,6% respectivamente. A pesar de abarcar los refrescos la mayor cuota de mercado, se observan que son los subsectores del agua y de los zumos los que más van a crecer hasta el 2018.
Crece el consumo de alimentos y bebidas, pero también el número de puntos de venta. Según Business Monitor International (BMI), en 2013 está previsto un crecimiento del 67% en el número de establecimientos dedicados a la venta de productos alimenticios, lo que supondría un 216% de crecimiento en las ventas.
El sector agroalimentario en España, por su trascendencia en términos de diversidad, variedad y riqueza, tiene un carácter estratégico y una buena reputación a nivel mundial. Tenemos productos de gran calidad con los que podemos abastecer las necesidades de estos países y, así, aprovechar las oportunidades que nos brindan.
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