Recuerda que estaba en un momento profesional dulce pero su trabajo no le llenaba. Vivía en Nueva York, trabajaba como director creativo ejecutivo en una agencia y lo dejó todo para poner en marcha su propio proyecto: plus305. Así arranca la historia de emprendimiento de Alberto Jaén, que en 2014 decidió lanzar su propia boutique creativa especializada en RSC e impacto social. Lanzó la empresa en Miami -de ahí el nombre, correspondiente a su prefijo telefónico, como el 91 de Madrid- y, con la incorporación de su socia y mujer Nadja Scherrer, de origen suizo, se presentó la oportunidad de abrir oficinas también en Zúrich.

La decisión de mudarse fue “totalmente visceral”, pero considera que es un lugar con una condición idónea para seguir creciendo dentro del ámbito de la responsabilidad social corporativa y el impacto social. “Suiza es uno de los mejores ejemplos del mundo”, asegura Jaén.

Con presencia actualmente en Zúrich, Miami y Madrid, la agencia tiene tres líneas de principales de actividad: la creatividad publicitaria -campo del que procede el emprendedor español- con un enfoque más social; una academia en la que comparten su conocimiento con las empresas a través de actividades como seminarios o workshops; y un social hub, que tiene como objetivo fomentar la creatividad y ser “una factoría de ideas” en la que desarrollar sus propias iniciativas.

Entre todos los proyectos que han llevado a cabo durante estos seis años, hay varios que Jaén destaca tanto por el equipo humano como por el “espectacular” resultado final. Una de ellas fue una campaña que hicieron para la MTV para la lucha contra el SIDA en Latinoamérica, y las creadas para ‘Voices For Children Foundation’, que describe como “muy potentes”.

En su experiencia como emprendedor en Suiza, destaca la cantidad de ventajas que, a su juicio, ofrece este país a la hora de montar un negocio. Es un epicentro empresarial en el que hay compañías de todo el mundo y con amplias facilidades burocráticas. Además, hace especial hincapié en el acuerdo bilateral que el país tiene con la Unión Europea, lo que facilita el proceso a todos los emprendedores y trabajadores comunitarios. En su caso concreto, les solicitaron inicialmente un depósito, pero “simplemente buscan que tengas liquidez, ya que realmente es para uso de la empresa”, aclara Jaén.

Al hablar de la comunidad española en Suiza, se enorgullece de la realidad con la que se ha topado: “Me ha parecido muy trabajadora, preparada y con los pies en la tierra”. Esta sensación positiva contrasta con la imagen que percibe de nuestro país desde el extranjero. “Creo que España como país tiene unos sistemas un poco más tradicionales que otros países de Europa y esto no hace fácil que los empresarios avancen”, y considera que “el problema de nuevo está en la clase, amplia clase, política”.

Estas trabas con las que se podría enfrentar empresarialmente si volviese a España son precisamente las que le llevan a pensar que seguirá viviendo fuera, aunque nunca se sabe… “La vida, el universo o el destino, a veces se ríe de nuestros planes”, sentencia.

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