Perelló, la marca que nació en la Boquería y ahora crece en Europa y Asia
Tradición y calidad a la vera del Mediterráneo. Tras 60 años de historia, la marca Perelló afronta ahora un nuevo reto en la distribución y exportación de aceitunas, encurtidos y legumbres. Esta marca de origen catalán, nacida en el corazón del Mercado de la Boquería, está ya presente en una veintena de países de Europa y Asia, y enfoca su crecimiento en la consolidación de estos mercados, especialmente en el norte de Europa y en Asia. Este gran salto comercial tiene su origen en el trabajo de apertura internacional que inició el equipo de su fundador, Gaspar Perelló, y en la oportunidad que ha supuesto la adquisición por parte del grupo británico Brindisa Ltd, propiedad de Monika Linton, como una forma de dar continuidad a la producción tradicional, enmarcada en la cocina mediterránea y con un ‘knowhow’ de más de medio siglo.
Según nos explica el responsable de exportación, Mark Lavery, las ventas internacionales son la base de la actividad comercial actual de Perelló y los segmentos de mercado a los que se dirigen en el extranjero son el canal HORECA y el retail. Si hablamos del consumidor final, los foodies y familias jóvenes que disponen de poco tiempo son tu target principal.
Dentro de su catálogo, Perelló tiene tres líneas de productos: las aceitunas de mesa con variedades como la gordal reina, la gazpacha, la manzanilla, la arbequina o la perdigón; los encurtidos de pepinillos, alcaparras, ajos, guindillas, cocktail y kimbo; y las legumbres en tarros de cristal. Éstas últimas han sido “creadas y diseñadas especialmente para la exportación”, remarca Lavery, y el producto que más triunfa en los mercados internacionales es la aceituna gordal, con y sin picante.
Los valores de esta empresa de origen familiar se basan en ofrecer productos de primera calidad y una imagen cuidada. Así, el packaging de sus productos está inspirado en la comida mediterránea, pero con un toque internacional. “Estamos muy orgullosos de nuestros diseños, que han sido pensados para cruzar fronteras de este a oeste”, presume Lavery.
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