Arturo Gómez, un guía español para la selva empresarial de Brasil


Brasil se ha convertido a pulso en un destino muy suculento para exportadores y empresas internacionales. El crecimiento del país sudamericano ha atraído a muchas empresas españolas y profesionales dispuestos a invertir o iniciar un negocio en el país de la samba y el más extenso de Sudamérica. A raíz de esta demanda, el español Arturo Gómez, expatriado en Sao Paulo, ha fundado y dirige una consultoría con el objetivo de facilitar a empresas y particulares españoles su llegada a Brasil.

Arturo Gómez, un guía español para la selva empresarial de BrasilTras varios años trabajando como emprendedor en el principal centro financiero del país, este expatriado madrileño ha desarrollado una red de contactos y ha adquirido experiencia en el mundo empresarial brasileño. El objetivo de la consultora Arturo Gómez Participaçoes es ayudar a los negocios en la apertura y constitución de empresas, la representación legal, la contratación de personal, la contabilidad y documentación o la administración de empresas y startups. También ofrece servicios de búsqueda de oportunidades e inversiones y de selección de socios locales y con garantías para proyectos, todo enfocado a la comunidad empresarial española.

El emprendedor español vive, y sufre de primera mano, la inexperiencia de las empresas españolas que están apostando por la internacionalización carioca: “Muchas veces llegan con poca o ninguna información sobre Brasil, su mercado y el ambiente de negocios. Por eso es necesario contratar empresas y profesionales que conozcan el país y cómo se hacen los negocios, que tengan contactos, que sean confiables…”. Para el fundador de la consultora, éste debe ser siempre el primer paso, para así “evitar pérdidas de tiempo y, más importante aún, de dinero”.

Arturo Gómez, un guía español para la selva empresarial de BrasilA pesar de las ventajas que ofrece Brasil, Gómez señala que implantarse no es sencillo. “Las empresas españolas suelen encontrarse con bastantes dificultades. Normalmente porque tienen poco dinero para invertir y no quieren contratar consultorías (que les facilitaría todo el proceso)”. El mercado brasileño destaca por el alto porcentaje de oportunidades que presenta, “pero hay que ser orientado por alguien que conozca el país y su ambiente de negocios, porque es un mercado bastante cerrado y con una burocracia enorme”, subraya.

Para el fundador de Arturo Gómez Participaçoes, “en Brasil hay posibilidades en todos los sectores y el éxito depende de cómo se hagan las cosas”. Aunque el crecimiento económico se ha ralentizado en comparación con años anteriores, “al ser tan grande, hay mucho por hacer, hay espacio para todos”. Gómez señala que, además, Brasil va con pies de plomo como potencia y ya ha tomado medidas para evitar una posible burbuja que acabe con los avances conseguidos: “Una empresa española de construcción está vendiendo los apartamentos en Brasil al mismo precio que hace un año y éste es solo uno de los ejemplos de que están echando el freno para evitar que haya una burbuja y que explote”.

Arturo Gómez, un guía español para la selva empresarial de BrasilLas empresas españolas, tanto pymes como multinacionales, pueden encontrar su sitio en Brasil, pero solucionando previamente varios retos tanto las compañías como la marca país en sí misma: “España como nación tiene muchas carencias en su imagen exterior, hay muchísima falta de marketing y publicidad para que se conozcan los productos españoles”. Arturo Gómez lamenta que a pesar de nuestra calidad o trayectoria, “los productos españoles y sus empresas son menos conocidos que las de otros países de nuestro nivel”.

Además, aporta su consejo a los proyectos venideros: “Unirse. Actualmente, cada uno hace la guerra por su cuenta, el Gobierno, las Comunidades autónomas, las empresas, etcétera. No hay una campaña común, no hay una imagen común y no hay campañas culturales, por ejemplo”. Es decir, nos sobra materia y talento, pero nos falta promoción y conocimiento del mercado. La conclusión de este consultor es que para que la empresa española entre en Brasil “debe tener capital para al menos un año y mucha paciencia; después se pueden hacer negocios y ganar bastante”, concluye.


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