Buscar empleo fuera de nuestras fronteras requiere la adaptación de toda la documentación de los candidatos, incluido su CV, al idioma y al estilo propio del país escogido. La traducción de títulos universitarios, expedientes académicos y partidas de nacimiento es una constante para los traductores y el actual aumento de expatriados ha hecho crecer la demanda de estos servicios. El equipo de la empresa Vaikava así lo ratifica y, aunque su sector también se ha visto afectado por la crisis, comprueba que sigue creciendo ayudado, entre otros aspectos, por la cifra de personas que se trasladan al extranjero. “El número de traducciones juradas ha aumentado mucho, ya que son necesarias para cualquier trámite administrativo en otro país”, según la experiencia de esta empresa española con presencia internacional que está especializada en este tipo de traducciones y servicios de corrección.
Si un español quiere trabajar fuera debe aportar documentos previamente certificados por un traductor jurado, quien valida que se trata de un trabajo fiel al documento original. Este servicio conlleva dos condicionantes especiales: No todos los profesionales tienen autorización para traducir escritos oficiales y el plazo de ejecución aumenta porque, al tiempo de traducción, hay que añadir el de envío. Los encargos no pueden remitirse por correo electrónico porque necesitan el sello y la firma originales del traductor jurado. Además, es obligatorio que el profesional esté autorizado por el país que expidió los documentos y no por otro, ya que cada uno tiene una ‘jurisdicción’ concreta y limitada. Es decir, una vez en el extranjero, los únicos documentos válidos serían los traducidos por un traductor jurado que hubiese obtenido su título a través del Ministerio de Asuntos Exteriores español, por lo que resulta más sencillo gestionar este extremo antes de salir de España.
Pero no sólo la documentación para expatriados está detrás del auge que vive el sector. También la traducción técnica (como las instrucciones de un aparato electrónico), las webs que buscan llegar a nuevos mercados o el aumento de los negocios internacionales potencian las oportunidades para estos profesionales. “Algo tan simple como la composición de una lata de conserva necesita ser traducida a distintos idiomas; de lo contrario, no puede comercializarse en otros mercados”.
Este abanico de oportunidades ha provocado cierto intrusismo laboral, sobre el que advierten desde Vaikava, consistente en que se confunde la traducción con dominar un idioma. “Aparte de suponer una competencia desleal, la proliferación de traductores sin formación específica es una de las principales causas de la desvalorización de la profesión. Una mala traducción puede dar al traste con una relación comercial”.
Traducciones Vaikava está especializada en cultura, viajes y turismo, aunque también realizan traducciones jurídicas y juradas, científicas, técnicas, páginas web, literarias y subtitulación. La empresa nació en noviembre de 2010 gracias al sueño de sus fundadores, María Eugenia Santa Coloma y Carlos García, un matrimonio español. Vaikava, que significa ‘mar’ en rapanui (el idioma de la Isla de Pascua), está localizada en la región de Lombardía pero la mayoría de sus clientes son españoles y entre ellos cuentan con particulares, empresas de producción cultural e instituciones.
Actualmente, tras el fallecimiento de su marido, María Eugenia está al frente de la dirección de la empresa y cuenta con asesores profesionales y un equipo de sesenta colaboradores para traducir a los nueve idiomas que ofrecen: español, catalán, gallego, euskera, inglés, francés, italiano, alemán y portugués.
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