Por Marianne Bolz, de Shoots Selección Alemania, portal Head Hunter para Alemania
Alemania es uno de los países más admirados de Europa, tanto por su economía como por su forma de ser (y de trabajar). En general se percibe a los alemanes como serios en su vida privada y organizados, puntuales y fiables en su trabajo. Esta percepción proviene del “milagro alemán”, ocurrido después de la segunda guerra mundial. Alemania quedó devastada, había mucho trabajo por hacer, un país que reconstruir y también, y esto es mucho más importante, había que recobrar a nivel mundial la confianza perdida en los alemanes. Y se pusieron a trabajar.
En los años sesenta muchos españoles fueron a Alemania a trabajar. Encontraron un empleo, ganaron dinero, incluso muchos encontraron el amor. Todo lo de Alemania parecía mejor que lo de España. Pasó el tiempo, los alemanes reconstruyeron Alemania y el mundo confió en ellos.
En los años 80 comienza el cambio. Se reunifica Alemania, sus ciudadanos empiezan a viajar y a conocer otras formas de vida más alegres, como la española. Y descubren que tan bueno como trabajar es divertirse, tener tiempo libre; disfrutar de la vida en definitiva. De hecho, actualmente los días de fiesta y las vacaciones son sagradas en Alemania y tienen más que en España.
Como Head Hunter para Alemania me encuentro de todo: alemanes puntuales e impuntuales, organizados y desorganizados, que quedan contigo y no vienen y te avisan con minutos de antelación, simpáticos y abiertos o antipáticos, a los que les encanta España y los españoles más que la propia Alemania, muy honestos, menos honestos, guapos y feos. Pero hay algo que hacen casi todos: se escuchan entre sí aunque tengan opiniones muy diversas.
Deberíamos empezar a verlos como lo que son, personas de todo tipo, que acogen bien a los españoles desde siempre. Así que adelante y sin miedo a ir a Alemania.
P.D.: Mi padre es alemán, mi madre, española.
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