Perú ha hecho los deberes como economía y empieza a codearse entre las grandes del mundo. El país luce sus datos macroeconómicos con orgullo tras muchos años en los que “maquillar los datos y las cifras de la economía nacional era bastante normal”. La transformación se ha basado en tres pilares básicos; el crecimiento económico, la lucha contra la pobreza y la institucionalidad democrática, según reflexionó Juan José Francisco Vázquez, consejero de la Embajada de Perú en España durante las jornadas ‘Oportunidades y emprendimiento en Perú’.
Perú registra un crecimiento anual del 6% y la cantidad de acuerdos comerciales bilaterales hacen del país latinoamericano una plataforma para el comercio exterior. El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social ha conseguido los objetivos marcados y ha impulsado una reducción de la pobreza, que ha pasado de un 54,8% en 2001 a un 31,3% en 2010. El régimen democrático basado en un Estado de Derecho es otro de los cambios de los que el país se siente orgulloso, ya que el recuerdo de épocas negras como la de Alberto Fujimori es aún muy reciente. Las diferentes fuerzas políticas de Perú se han comprometido a mantener este marco estable dentro del mercado internacional y esto supone un gran avance para la economía peruana en términos de paz social y seguridad jurídica.
Estas condiciones hacen que sea un país atractivo para la inversión extrajera y para la creación de negocios internacionales como plataforma de expansión hacia el resto del mercado latinoamericano. Las leyes y decretos aprobados durante los últimos años responden a esta filosofía y a la estrategia de la nación peruana de ser un referente económico internacional.
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