Por Victoria Valbuena, autor de Mirando al Mundo y colaborador de nuestro panel de expertos
Como quizás algunos de vosotros sepáis por mi entrada anterior, el pasado 5 de noviembre tuvo lugar en la Cámara de Comercio de Madrid una mesa redonda en la que participaron personalidades de ambos lados del Atlántico, algunas de ellas implicadas directamente en la negociación del TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership), que así es como se conoce el TLC que se está negociando entre USA y la UE.
Especialmente relevante fue la presencia de Dña. Elena Bryan, Representante de Comercio de la Misión de Estados Unidos ante la Unión Europea, la persona presente en la charla más implicada directamente con las negociaciones que se están llevando a cabo para alcanzar un acuerdo que deje satisfechas a ambas partes. Como tuve el placer de asistir a este evento, paso a resumir lo que se trató durante esa tarde en este foro.
Una de los primeros temas que se trataron fue los beneficios potenciales que este Tratado tendrá en el futuro para ambas zonas económicas. Según un estudio del CEPR (Centre for Economic Policy Research), la firma de un acuerdo de estas características tendrá impactos muy positivos el en PIB de ambas regiones (se estima un incremento del PIB de la Eurozona cercano al 0,48 %), en las exportaciones con destino a los USA (con incrementos en el entorno del 28 %), una repercusión en los salarios (se cree que se elevarán un 0,5 % aprox.) y una repercusión muy importante sobre el PIB mundial (un incremento estimado de 99.000 millones de Eur). Como se puede ver, las cifras no son nada despreciables.
Las negociaciones del TTIP se centran en tres pilares fundamentales:
1. Acceso al mercado. Sobre la mesa están el desmantelamiento arancelario, facilitar la prestación de servicios e implantación de empresas tanto en un lado como en otro, la protección de las inversiones y temas de contratación pública.
2. Aspectos regulatorios y barreras no arancelarias. Para mí quizás el aspecto más importante, ya que en ciertos sectores estas barreras hacen bastante complicada la entrada de ciertos productos, como es el caso del sector agroalimentario. Ambas partes son ambiciosas en lo que se refiere a este epígrafe de las negociaciones, buscando una mayor transparencia en los sistemas regulatorios y el reconocimiento mutuo de lo que se aprueba en ambos lados sentados a esta mesa.
3. Establecer reglas que marquen una pauta en el comercio global. También se busca con este acuerdo establecer normas en ciertos temas sensibles que puedan marcar un estándar a nivel mundial para que terceros países lo tomen como referencia. Estos temas incluirán, entre otros, la propiedad intelectual y derechos laborales.
Las negociaciones aún están en una fase muy inicial. La primera ronda de negociación tuvo lugar en julio de este año en Washington. La segunda ronda estaba programada para el pasado mes de octubre en Bruselas, pero debido al cierre del gobierno federal que se produjo en esas fechas se debió posponer, estando previsto que tenga lugar del 11 al 15 de noviembre. La tercera ronda de negociación está emplazada para las fechas comprendidas entre el 16 y 20 de diciembre en Washington.
Dña. Elena Bryan en su intervención destacó la voluntad política que hay de que se apruebe lo antes posible este acuerdo. A pesar de que históricamente ha habido varios intentos de sentarse a negociar un Tratado como este, en las ocasiones anteriores no llegaron las negociaciones a buen puerto porque faltaba precisamente ese importante punto. La administración de Obama apuesta claramente por este TTIP. Si bien las negociaciones serán muy complejas, todo el mundo está de acuerdo en la imperante necesidad de que se logre a la mayor brevedad posible. Dña Elena comentó que un colega le había dicho que un acuerdo de estas características no era posible llevarlo a cabo ni en una administración, ni en dos, quizás ni siquiera en tres, pero dada la necesidad que ambas zonas económicas tienen de impulsar sus relaciones mutuas, no se podía demorar mucho en el tiempo.
También se recalcó la importancia de que las negociaciones vayan encaminadas a llegar a acuerdos que sean políticamente sostenibles, es decir, que con independencia de lo que pase como consecuencia de posibles elecciones que tengan lugar durante las negociaciones (sin ir más lejos, el año que viene habrá en mayo elecciones al parlamento europeo y en el 2016 termina la segunda legislatura de Obama, con cambio obligado de Presidente en la Casa Blanca), éstas sigan su curso sin verse afectadas por estos cambios de mandatarios.
Si me preguntáis por mi opinión, la charla fue un poco decepcionante, ya que la información facilitada no aportaba nada nuevo a lo que ya se sabía. Pero a la par que decepcionante también fue esperanzadora por el énfasis que se dio a la voluntad de llegar al mejor acuerdo admisible en el menor tiempo posible, algo único que no se había dado en negociaciones previas.
Sólo nos queda esperar y estar muy atentos a lo que pasará en las siguientes rondas que tendrán lugar antes de que termine este año.
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