Australia, un mercado a casi 24 horas de España, no es un destino tradicional para las firmas españolas y su presencia es reciente en comparación a la de los principales competidores europeos. Sin embargo, las ventas al país se han cuadriplicado en los diez últimos años, hasta alcanzar una cuota del 1,2%. ICEX Panorama Global ha hablado de este fenómeno en el reportaje “Australia, la distancia se diluye”, donde recoge que alrededor de 700 empresas exportan allí anualmente, más de 80 cuentan con una base permanente y, de media, una nueva se instala cada mes.
En nuestras antípodas se encuentra el sexto país más extenso del planeta. Pero, como puntualiza ICEX, a distancia no ha evitado que Australia se convierta en un destino muy interesante, gracias a la favorable evolución de su economía en un contexto de recesión generalizada, la facilidad para hacer negocios, la estabilidad de su marco legal y político, y su elevada renta per cápita son factores que, por sí solos, podrían justificar el interés de este mercado.
Pero sus atractivos van más allá. A los ya mencionados, se suma también una enorme dotación de recursos naturales (minerales y energéticos, fundamentalmente): carbón, hierro, bauxita, oro, plata, uranio, gas natural… Y una situación estratégica en la dinámica región asiática, que se prevé represente el 45% del PIB mundial en 2015. Australia tiene firmado un Acuerdo de Libre Comercio con la ASEAN y participa en los dos grandes procesos de integración en curso en el área de Asia-Pacífico: el Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP) y el Trans-Pacific Strategic Economic Partnership (TPP), posiblemente, el acuerdo comercial más ambicioso que se negocia en la actualidad, al que se han sumado, entre otros países, Estados Unidos y Japón.
Para mantener esa pujanza y no desviarse de su tasa de crecimiento, Australia debe, no obstante, enfrentarse a algunos retos, como su fuerte dependencia de la exportación de materias primas; su excesiva concentración en el mercado chino; la escasa competitividad de su sector industrial, o las carencias en el ámbito de las infraestructuras.
Entre España y Australia, la balanza comercial bilateral es notablemente favorable a la península ibérica. En 2013, las exportaciones a Australia superaron los 2.440 millones de euros, un 10% más que en 2012, con una tasa de cobertura del 633,3%.
Para modificar su imagen de país lejano y facilitar la aproximación de nuestras empresas, al tiempo que se estrechan las relaciones institucionales, el pasado año la Secretaría de Estado dotaba a Australia de un Plan Integral de Desarrollo de Mercado (PIDM); entre sus objetivos, estimular la participación de compañías españolas en licitaciones públicas y privadas; promover el establecimiento de joint ventures, en particular con vistas a operaciones bajo la modalidad de PPP; atraer inversión australiana hacia España y consolidar nuestras exportaciones.
Con una extensión 15 veces superior a la de España y la mitad de población, Australia es un país escasamente vertebrado. La agencia Infrastructure Australia ha cifrado en cerca de 300.000 millones de dólares AUD el déficit de infraestructuras que sufre el país por lo que su mejora es una prioridad. Sector minero, energético, transportes, agua, electricidad, construcción residencial, dotaciones sociales… La cartera de oportunidades es amplia.
Si bien durante mucho tiempo las compañías australianas copaban la práctica totalidad del mercado, se han realizado notables esfuerzos para favorecer la apertura del sector. Aunque el sistema de licitaciones públicas puede calificarse de transparente y competitivo, persisten ciertos obstáculos como el excesivo coste y duración de los procesos de presentación y concurso para los PPP, la incertidumbre en el calendario de proyectos o la exigencia, en ocasiones, de un determinado porcentaje de contenido local en las ofertas.
La reconocida capacidad y experiencia internacional de las empresas españolas en este campo les ha abierto la puerta de numerosos contratos en los últimos años. Un solo ejemplo puede dar idea de su penetración en este mercado: en el proyecto de conexión viaria subterránea de Melbourne East West Link la obra más importante del estado de Victoria, los tres consorcios finalistas cuentan con participación española. Junto a las infraestructuras, también los sectores agrícola, de medio ambiente, defensa naval, inmobiliario, TIC, biotecnología, servicios financieros, nanotecnología y turismo presentan potencial para la inversión.
no replies