La media de días necesarios para montar una empresa en Londres son 13, una cifra sensiblemente inferior a la de otras capitales europeas, como Berlín o París. Este dato, tan opuesto a la realidad española, puede generar una idea engañosa sobre la agilidad o facilidad para hacer negocios en la city. Según el director de Industrias de Moda, Hábitat y Cultura del ICEX, Bruno Fernández, un proceso de internacionalización a Reino Unido, quinto mercado del mundo al que se destinan las exportaciones españolas, requiere mucho más tiempo. Y también una inversión en condiciones: “El tiempo es dinero”.
Lo aseguró durante la jornada “Made in Spain, Making it in Britain”, organizada por la Cámara de Comercio de Madrid, junto con Quality of Spain y la agencia de publicidad Creative Orchestra. “Las relaciones entre ambos países son muy cercanas, pero el mercado británico es muy complicado, maduro y exigente. Hay que tener en cuenta el gap y las peculiaridades que tiene antes de entrar en él”.
El país es diferente y los consumidores también: “El hecho de tener éxito en la Europa continental no garantiza que lo vayas a tener en UK”. Pero, al contrario, hacer bien las cosas en Londres te puede abrir muchas puertas en Estados Unidos, un mercado atractivo al que es complicado entrar. Por eso, merece la pena dedicar “el tiempo necesario” a las siguientes cuestiones:
– Estudiar y entender su funcionamiento.
– Conocer si existe una legislación especial para nuestra actividad empresarial.
– Descubrir quiénes son nuestros competidores y analizar sus precios.
– Editar algunos de nuestros productos de acuerdo con las tendencias y las necesidades del país.
El dinero, según Fernández, se debe invertir fundamentalmente en recursos humanos, en políticas de implantación y en promoción de la marca. Este último punto resulta clave para el director general del Foro de Marcas Renombradas Españolas, Miguel Otero, también presente en las jornadas. “El futuro de este país pasa por la globalización de las marcas (…) y por solucionar nuestros problemas de coordinación, constancia y visión exterior”.
Mejorar la reputación de las marcas españolas fuera es muy importante porque, entre otros factores, son “generadoras” de marca país. Por eso, Otero propone cambiar el “Made in Spain” por el “Made by Zara from Spain”. Pero insiste en que el cambio le corresponde principalmente a España y no a la firma: “A la marca que ha conseguido internacionalizarse con éxito no se la puede distraer con cuestiones de la imagen país. Tienen que ser las instituciones las que se encarguen de utilizar su éxito en favor de España”.
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