No hay historia de un expatriado que no sea singular pero la de Alejandro Fernández Soria tiene muchas características de gran valor en la actualidad: su historia es la de un emprendedor hecho a sí mismo, durante la crisis, y dedicado ahora a ayudar a otros españoles a crear sus negocios y trabajar en Irlanda. Llegó en 2009 para estudiar European Business Management en Dublín y al terminar no regresó, como muchos, sino que decidió quedarse y empezar allí su propia carrera profesional. “Hay algo en Isla Esmeralda que nos retiene a casi todos los que la pisamos”, reconoce este joven onubense.
Así nació Fersoria, una consultora de negocios dedicada a crear y gestionar empresas en Irlanda. En dos años de trayectoria han abierto cerca de 50 negocios de capital español y han ayudado a encontrar empleo por cuenta ajena a más de 100 personas, una segunda línea de actividad consistente en facilitar servicios de movilidad para aquellos que deseen mudarse y buscar oportunidades laborales.
Como tantas buenas ideas, Fersoria surgió de la necesidad, concretamente de la crisis económica en España y de las ganas que tenían los españoles de salir adelante y emprender. “Está pensado para ayudar a aquellos a los que el mercado laboral ha dado la espalda y quieren empezar a trabajar en su propia empresa”, explica Alejandro Fernández.
Entre los servicios que desempeñan tienen algunos principalmente enfocados a negocios, como la creación de empresas, el registro del Impuesto de Sociedades, VAT y PRSI, la transferencia de acciones, el cambio de nombre o dirección comercial, la primera declaración de impuestos o el asesoramiento de negocios. También asisten a los autónomos que desean darse de alta, abrir una cuenta bancaria para no residentes en Irlanda o Isla de Man o que necesitan una traducción.
Pero su equipo, formado por siete profesionales, también colabora con expatriados y desempleados, asistiéndoles sobre cómo solicitar un empleo, encontrar alojamiento u obtener la documentación necesaria para residir y trabajar en el país. Acompañan a sus clientes en trámites que, en otro idioma y país, pueden resultar complejos. Eso incluye informarles acerca del sistema sanitario, traducir al inglés y adaptar su CV y carta de presentación, proporcionar un contacto directo con agencias y reclutadores, aconsejar sobre cómo superar las entrevistas o asesoramiento para acceder a ayudas estatales y cursos de formación.
Con Fersoria, Alejandro Fernández trata de apoyar a los que buscan un futuro en Irlanda. Desde su experiencia, la República puede ser un país pequeño, pero ofrece grandes ventajas mercantiles y fiscales: “La apertura de una sociedad es muy rápida y no requiere aporte mínimo de capital, además tenemos un bajo impuesto de sociedades, fijado en el 12,5% y las empresas que presentan un beneficio computable inferior a los 320.000€ anuales están exentas de pagar el impuesto durante 3 años”. Además, Irlanda funciona como puente comercial entre Europa y los Estados Unidos por su ubicación y ha desbancado a otros países como centro mundial de comercio electrónico, con una red de telecomunicaciones de clase mundial.
En comparativa, España, al contrario que Irlanda, posee uno de los impuestos de Sociedades más altos de la zona euro (un 30%), no contempla prórrogas ni permite que el IVA sea opcional. Si sumamos a la ecuación los generosos incentivos irlandeses a la inversión, la balanza se inclina a favor de la isla británica, la cual brinda un atractivo paquete para la constitución de empresas dentro de sus fronteras.
Desde Fersoria también quieren apostar por Irlanda como destino laboral para desempleados y expatriados: “Está llena de oportunidades, en todos los sectores, tanto para emprender como para trabajar por cuenta ajena”, aunque, según Alejandro Fernández, destacan los sectores de IT, finanzas y contabilidad, sanidad o educación infantil, algunos de los cuales no ofrecen demasiadas salidas en España. Es un mercado laboral exigente que requiere un alto dominio del idioma y donde el desconocimiento del sistema de empleo es una de las mayores debilidades de los españoles. En contraposición, el director de Fersoria resalta la alta preparación de los españoles y la ventaja que esto supone al encarar la búsqueda de trabajo en Irlanda.
Como empresario y expatriado, Alejandro Fernández ha comprobado la diferencia entre las culturas de trabajo de ambos países y considera que es el balance es “positivo” porque “los españoles demuestran una gran flexibilidad y adaptación al estilo de vida irlandés”. Como paso previo a vivir una experiencia laboral en el país, Fersoria pone a disposición de sus clientes todo lo necesario para mudarse, vivir y encontrar empleo rápidamente: “Nos encargamos de adaptar CVs y mejorar perfiles profesionales en las redes, teniendo en cuenta lo que gusta a las empresas en Irlanda. Y lo más importante, gracias a nuestros contactos en la isla, conseguimos entrevistas personales a los candidatos con los reclutadores”.
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