(Publicación íntegra en el portal Con tu negocio, de Movistar)
España crece, incrementa su volumen de negocio, diversifica sus sectores, encuentra nuevas vías de comercialización, crea sinergias de distribución, encuentra nuevos partners y clientes… No es una descripción de la España de la década pasada. Es la radiografía de la España de hoy, pero de la España fuera de España, de la España que apuesta por exportar que empezaremos a presentar, con sus éxitos y fracasos, con sus grandezas y debilidades, en esta nueva serie de artículos abierta para este blog.
El desplome, pasado, presente y posiblemente futuro, de la demanda interna ha precipitado la salida al exterior de las empresas en busca de nuevos mercados prósperos y necesitados no sólo de nueva oferta comercial, sino también de conocimiento técnico y profesional para el desarrollo de sus sectores estratégicos. En 2011, las exportaciones volvieron a crecer y lo hicieron un 15,4%; y la red de establecimientos de franquicias nacionales llegó a 17.081, un 52,8%. Es un ritmo sobresaliente y la constatación de que la internacionalización ya es un hecho, una tendencia indiscutible e inexorable para el negocio español. Pero no hay que engañarse con cifras grandilocuentes ni estrategias cortoplacistas, porque las debilidades persisten y han vuelto a ponerse de manifiesto durante la primera parte de este año.
Si España gusta (y mucho) fuera; si caemos bien y si tenemos un producto de calidad; si somos líderes en sectores como la energía, las infraestructuras, el turismo o la agroalimentación… ¿Qué puede fallar? ¿Qué se puede hacer para mejorar los ratios de ventas al exterior y ayudar a que más empresas salgan fuera y, sobre todo, lo hagan con éxito?