El Gobierno de España facilitará el proceso de adquisición de la nacionalidad para los ciudadanos sefardíes de la Diáspora. Esta medida, presentada en el Palacio de Cañete, sede del Centro Sefarad-Israel, podría abarcar a casi tres millones de descendientes de judíos españoles expulsados de la península. Turquía, Francia, Argentina, Brasil, Venezuela, Bulgaria o Grecia son algunos de los países en los que habitan comunidades sefardíes que se han afanado en transmitir durante generaciones su lengua y sus tradiciones de raíz española.
El director de Centro Sefarad-Israel, Florentino Portero, fue el encargado de presentar el acto ‘Procedimiento sobre concesión de Nacionalidad Española a los extranjeros sefardíes por Carta de Naturaleza’. Tras su intervención de apertura, concedió la palabra a los distintos participantes, como Isaac Querub (Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España), Alberto Ruiz Gallardón (Ministro de Justicia), y José Manuel García-Margallo (Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación).
Gallardón afirmó que el nuevo mecanismo legal concierne a todos los españoles, incluidos naturalmente aquellos forzosamente alejados de nuestra geografía. Se trata, en palabras del ministro, de “un procedimiento para el reencuentro”. También recordó que hay numerosas peticiones de nacionalidad provenientes de diversos países y subrayó la ayuda que prestan en el exterior instituciones como el Rabinato de Venezuela.
García-Margallo asoció la iniciativa del nuevo procedimiento de nacionalidad a la “Marca España”, a la que naturalmente están ligados los judeo-españoles en la Diáspora. El Ministro de Asuntos Exteriores, también presidente de Centro Sefarad-Israel, reconoció el impulso de la Administración española en pos de “recobrar la memoria de la España silenciada”.
El Centro Sefarad-Israel, perteneciente a la Red de Casas de la diplomacia pública española, despliega desde 2009 el Proyecto Erensya que procura los lazos entre España y las comunidades sefardíes del mundo y de éstas entre sí. García-Margallo concluyó su intervención evocando la frase que Don Juan Carlos I pronunció en la Sinagoga Beit Jacob de Madrid: “Los hispano-judíos no han de sentirse como en su casa; los hispano-judíos están en su propia casa”.
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