Por Natalia Pérez de Herrasti, de CulturaInvisible, una web especializada en Com.Intercultural
La cultura alemana se orienta más al largo plazo que la española. Se trabaja, planifica y piensa con mayor antelación. Esto se refleja en múltiples facetas de la vida, desde el modo de trabajar de los estudiantes al de las empresas. Muchos extranjeros en un principio reaccionan con rechazo ante el estilo español, que en un primer momento les parece caótico. Pero el CEO de Birchman Group dice que cuanto más conoce este estilo más le gusta.
LA ORIENTACIÓN A CORTO/LARGO PLAZO EN LA EMPRESA
“Cuántos más años trabajo en Europa más me gusta el enfoque español”, esto afirma Phil Thistlethwaite, CEO de The Birchman Group. Para leer su artículo, que compara a españoles y británicos en sus modos de trabajo, (Cultural impacts on project management- Anglo-Saxons versus the Spanish) y explica por qué le gusta cada vez más el enfoque español, pulsa aquí.
Así describe ambos estilos:
El estilo anglosajón (y el alemán más aún) es más planificado. Se planifica con gran minuciosidad y se aplica un nivel alto de esfuerzo durante un largo periodo de tiempo. Al final hay una fase de pánico que dura aprox. un 15 % del periodo total. Al principio se concentran en cumplir requisitos previos y elementos de diseño, y tratan de bloquear posibles cambios por parte del cliente. Se basa en unos cuantos trabajadores heroicos que suplen los déficits de otros que hacen lo justo.
En el enfoque español se elimina la planificación innecesaria. A veces incluso prescinde de toda planificación. Al principio esto le ponía los pelos de punta. ¿Cómo podían llevar a cabo proyectos con éxito? Con el paso del tiempo, dice, entendió cómo lo hacen. Y también entendió por qué. Tienen, dice, un enfoque orientado a la familia y a conseguir un equilibrio entre trabajo y vida privada (un alemán escribe con admiración: los españoles no dejan de vivir cuando trabajan.) La fase preliminar dedicada a elementos de diseño y requisitos previos les parece muy conceptual. Piensan que habrá que cambiar a medio camino, cuando el cliente descubra qué es lo que verdaderamente quiere.
El enfoque español dedica muy poco esfuerzo durante el primer tercio del periodo dedicado a un proyecto. Durante esta fase recargan sus baterías, disfrutan de la vida, dedican tiempo a su familia y dejan que las cosas sigan su ritmo. En el segundo tercio aumentan su esfuerzo y en el último tercio trabajan como locos una cantidad sobrehumana de horas. Negocian, debaten, acuerdan… No ven a sus familias pero entregan el producto.
El español al principio le pareció caótico y fue un shock para él. Supone dejar casi todo abierto hasta el final, dando por hecho que de todos modos va a a haber muchos cambios de parecer y circunstancias. Se hace mucho esfuerzo al final y se planifica poco antes, es decir, se trabaja menos tiempo pero con gran intensidad y esfuerzo. Modelo “sprint final.” En cambio el estilo anglosajón implica mantener un esfuerzo intermedio durante un periodo de tiempo más continuado.
En el próximo artículo analizaremos cómo influyen estas diferencias en los estudiantes y la formación.
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