Por Eva Visser Plaza, de Holanda Conecta y colaboradora del panel de expertos
En el primer artículo publicado sobre las diferencias entre el modo de trabajo español y el holandés, hablé de la organización y la planificación. En este artículo quiero compartir lo que hay que tener en cuenta en cuanto a la comunicación en el mundo laboral holandés.
En general los holandeses son percibidos como directos y críticos en el ámbito laboral. Algo claramente distinto a la manera de comunicación española, ya que en general hay una preferencia por una comunicación indirecta, dando rodeos, sin ir al grano. Geert Hofstede dice que tiene que ver con que la cultura holandesa es individualista y la española colectivista.
Según este antropólogo la cultura individualista es aquella en que la gente espera valerse por sí misma mientras que el colectivismo se refiere al grado de actuar principalmente como miembro de un grupo u organización.
En el entorno laboral holandés esta comunicación directa y actitud crítica se ve reflejada en que los holandeses aprecian que muestres tu opinión sobre los asuntos. Consideran que todo el mundo es igual y que cada uno tiene el derecho a expresar su opinión. Un ejemplo: es normal ver que un empleado puede estar en desacuardo con su jefe. Si la opinión se expresa con argumentos racionales sin demasada emoción es escuchada. Sin embargo ser escuchado no quiere decir que acepten la opinión.
Llegar a un acuerdo
Los holandeses son directos y abiertos en su comunicación y, por tanto, podría ser lógico que la toma de decisiones fuera rápida. Pero, paradójicamente, en empresas grandes o el parlamento, la toma de decisiones es lenta y democrática porque quieren tener en cuenta la opinión de cada uno. Por eso te encontraras varias reuniones donde la gente expresa su opinión y no llegan rápidamente a un acuerdo. Pueden pasar semanas con reuniones donde durante el proceso pueden surgir puntos de vista nuevos sobre los que hay que intercambiar opiniones.
Una de las principales razones por las que lleva tiempo es porque quieren crear “draagvlak”. Quiere decir crear apoyo por las diferentes partes. La razón es que quieren mantener la armonía, evitar conflictos y que todo el mundo se sienta bien.
Desarrollo Profesional
Otra diferencia grande en la comunicación es que el jefe holandés se muestra como demócrata. Sin embargo el jefe ideal en España se comporta como un buen padre, dando instrucciones a sus empleados para apoyarles. En holanda el jefe reparte el trabajo o los proyectos, pero no menciona qué estrategia a seguir o cómo planificar el trabajo. En la sociedad holandesa ya desde pequeños enseñan a organizar las tareas por si solos y esperan de un profesional un alto grado de independencia en el trabajo.
Por ejemplo: el holandés dice cuando pasa los limites de la cantidad de trabajo y argumenta al jefe porque no puede aceptar mas trabajo, explicando de manera racional las razones. El jefe le preguntará también cómo solucionarlo. El jefe holandés raramente tomará la iniciativa de solucionarlo por el empleado. Esperan que un profesional esté involucrado en el proceso de solucionar estos asuntos.
Actitud abierta y observadora
Por último quiero mencionar que las comparaciones son peligrosas ya que, a parte de una cultura también hablamos sobre personas que tienen una personalidad propia que puede ser muy distinta a lo que esperas de un holandés. Por eso es importante escuchar y observar sin juzgar. Espero que la información os ayude para comprender mejor la cultura holandesa laboral y de esa manera evitar malentendidos y frustraciones.
En el próximo artículo escribiré sobre las diferencias en las relaciones laborales en el ámbito de trabajo.
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