Por Natalia Pérez de Herrasti, de CulturaInvisible, una web especializada en Com.Intercultural
Sven Astheimer informa regularmente para el diario FAZ (Frankfurter Allgemeine Zeitung) sobre el mercado laboral. En su artículo, titulado ‘Emigración. Los españoles están aquí’, compara a los emigrantes de los años 60 con los de hoy en día y da algunos consejos: ¿Es mejor ir con el contrato debajo del brazo? ¿Es preferible emigrar hacia localidades pequeñas o hacia ciudades grandes?
Según Astheismer, a los de hoy en día ya nadie les llama ‘Gastarbeiter’. Me gustaría aclarar que se trata de un término cargado de connotaciones negativas, aunque literalmente significa ‘trabajadores huésped’. En el artículo se comenta también que a los españoles que emigran a Alemania ahora se les exigen conocimientos de idioma porque se ha aprendido de los errores del pasado, cuando se produjeron problemas de integración. Astheimer cree que, en este sentido, los españoles son modélicos: Si hasta ahora los alemanes empollaban laboriosamente para aprender la lengua del país donde pasan sus vacaciones, ahora son los españoles quienes abarrotan el Goethe Institut y se esfuerzan por aprender alemán.
Por su parte, los españoles de los años 60 eran sobre todo personal poco cualificado. Hoy, según cuenta el investigador del Instituto para el Mercado de Trabajo e Investigación Laboral Herbert Brücker, muchos de los que llegan están más cualificados que la mayoría de los alemanes. Para este nuevo perfil de emigrante, el periodista ofrece algunos consejos:
En primer lugar, recomienda que nadie venga sin tener un contrato de trabajo en el bolsillo. Para facilitar esto, la administración laboral alemana establece convenios con los distintos países para organizar la inmigración.
A través de la experiencia propia, una psicóloga española advierte del peligro que supone Berlín. Destaca que la capital atrae a muchos españoles, que quieren pasarlo bien y se sienten cautivados por los lugares que ofrecen mucha vida social. Pero Berlín se puede convertir en una trampa, ya que su tasa de paro alcanza el 12%, una cifra muy superior a la del resto del país. Por todo ello, Astheimer y los expertos a quienes consulta aconsejan a los inmigrantes que no se empecinen en ir a las grandes ciudades, ya que gran cantidad de la oferta de trabajo está en PYMES situadas en localidades pequeñas.
El artículo explica que los alemanes aspiran a que los trabajadores que vengan se queden aquí hasta la edad de jubilación. Por eso, quieren esforzarse para que se sientan bien y que en su tiempo libre tengan otros compatriotas cerca. No obstante, en realidad la mayoría de los españoles piensa reunir experiencia unos años y volver a España en cuanto puedan.
El artículo se refiere repetidas veces al caso de Ignacio Úbeda, que entró en contacto con una iniciativa del gobierno de Hesse en una feria de empleo en Getafe. Se puso en camino con un contrato ya en el bolsillo, la opción mejor. Aunque es enfermero (Krankenpfleger, no sé en concreto qué titulación tiene en España), tiene que realizar allí una segunda cualificación, ya que necesita una formación específica alemana, la de Altenpfleger, (cuidador de ancianos), que pocos países tienen. Su contrato es temporal (befristet) pero será fijo (unbefristet) cuando apruebe los exámenes de su curso de lengua e integración. El caso de Úbeda no es único. Astheimer asegura que la demanda de cuidadores de ancianos titulados en el Estado Federado de Hesse es mucho mayor que la oferta y que, por eso, sólo es posible cubrirla con inmigrantes.
Para los españoles interesados en expatriarse a Alemania quizá pueda resultar interesante consultar dos post (éste y éste) que explican cómo aprender alemán gratis, desde casa y con flexibilidad de horarios.
Por último, os recuerdo algunos buscadores de trabajo en Alemania:
Tablón de ofertas de empleo internacional de Mundo Spanish
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