Por Victoria Valbuena, autor de Mirando al Mundo y colaborador de nuestro panel de expertos
En el post anterior analizábamos los distintos tipos de consumidores que compran ropa en Estados Unidos, así como sus comportamientos más habituales y sus expectativas. En esta ocasión, centraremos toda nuestra atención en el producto que queremos comercializar allí: las prendas de vestir.
Siempre que queramos vender algo en otro mercado, tendremos que adaptar nuestro producto a ese nuevo escenario comercial. Para ello, no sólo hay que prestar atención a las normas vigentes, sino también al uso que los nuevos consumidores harán del mismo. A la hora de introducir ropa española en los Estados Unidos también tendremos que valorar estos factores. ¿Qué deben los fabricantes tener en cuenta a la hora de vender los productos al otro lado del Atlántico? Fundamentalmente, debemos prestar atención a tres aspectos:
1.- Etiquetado. Deberá indicarse claramente el material del que está hecha la prenda, su talla, su procedencia, e instrucciones para su cuidado y mantenimiento. Toda la información deberá aparecer en inglés. El correcto etiquetado y embalado de las prendas es un factor importantísimo, ya que de no cumplirse estrictamente la normativa, el oficial de aduanas correspondiente podría denegar la entrada de la mercancía en el país, ocasionando costes importantes, o la pérdida de la relación comercial con el comprador estadounidense. La información completa sobre este tema puede leerse en esta nota técnica publicada por el ICEX.
2.- Las tallas. En cada país, las tallas de la ropa tienen nomenclaturas distintas. El sistema de tallaje en Estados Unidos es mucho más complejo que en España. La nomenclatura de las tallas de ropa femenina puede hacerse en letra o número. Las tallas pueden ir desde la 0 hasta la 26W, o desde la XS hasta la 3X. Pero no sólo tenemos estas tallas, sino que también en función de la altura del cliente nos podemos encontrar con prendas Petite (para mujeres con estatura inferior a 160 cm), Regular (para mujeres con estaturas comprendidas entre 162 cm y 172 cm) o Tall (para mujeres con alturas superiores a 175 cm). Además, contamos también con las “plus sizes” o tallas extra-grandes. Con la ropa masculina se simplifica un poco, siendo la nomenclatura únicamente en letra, y va desde la talla S hasta la XXXL. En algunos comercios incluso puede llegarse a ver prendas 5XL. Como ejemplos, os dejo aquí unas tablas de tallas.
3.- Cuidado de la ropa. Aunque la penetración de las secadoras en España aún no es muy alta, en los USA pasa lo contrario. Todos los hogares cuentan con este electrodoméstico. Esta es la norma, no la excepción en este mercado. Incluso aquellas personas que no tienen lavadora en casa y tienen que ir a las famosas “Laundromats” (esos establecimientos que vemos en las películas en las que los americanos lavan la ropa metiendo monedas en las máquinas a disposición de los clientes) a hacer la colada, cuentan con estos electrodomésticos para secar la ropa. Por tanto es altamente recomendable que las prendas que se vayan a comercializar en este mercado tengan en cuenta este hábito del consumidor estadounidense y sean aptas para el secado por este método.
Como podéis comprobar, no bastará con tener nuevas etiquetas y comercializar los mismos productos que se comercializan en España en este mercado. Para la industria de la moda será necesario adaptar los patrones a la morfología de la población americana, además de utilizar materiales que permitan el secado de la ropa según la costumbre en este país. El no tener en cuenta estos aspectos dificultará mucho más la entrada con éxito en este país de la tan alabada y apreciada por los americanos moda española.
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