La crisis económica y laboral y los procesos masivos de selección de ingenieros y científicos para destinos extranjeros reabren el debate de la fuga de cerebros. Frente a este panorama es imposible no preguntarse: ¿cuántos profesionales formados hemos ‘donado’ ya a países como Alemania o Reino Unido? La aparición de asociaciones de científicos expatriados, creadas para dar salida a la necesidad de hacer colectividad y fortalecerse, da una idea aproximada del porcentaje de investigadores que hay fuera de nuestras fronteras.
En UK, la organización Científicos Españoles en Reino Unido (CERU) reúne a 220 miembros registrados “aunque la cifra total en el país debe rondar los 1.000”, según explica a Mundo Spanish la directora de apoyo de CERU, Beatriz Lorente. “Pero ni la Embajada ni otras redes profesionales disponen de información exacta sobre el número real de investigadores”. En la organización cuentan con investigadores y científicos postdoctorales, un grupo cada vez más amplio de estudiantes de doctorado y un buen número de investigadores líderes de grupo de investigación, profesores de universidad, etc.
CERU se creó en junio de 2011 con el objetivo de establecer una red de científicos españoles: “La idea era formar una plataforma donde reunir a los investigadores que, por diversas razones, nos encontramos trabajando aquí”. Lorente señala que “para algunos, la idea es ampliar la formación saliendo al extranjero y en otros casos es la falta de oportunidades para trabajar en España como investigador”. Reino Unido es uno de los destinos europeos más atractivos y “la movilidad es algo esencial, dado que ayuda a ampliar conocimientos y, sin duda, enriquece la experiencia”, remarca la científica española. “Sin embargo, pensamos que también es fundamental que en España se ofrezca la posibilidad de regresar, creando oportunidades para trabajar como investigadores reconocidos. Ése es el aspecto que más preocupa a los que estamos fuera”.
Un razonamiento similar es el que sostiene el presidente de la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA), Raúl Delgado-Morales. “Los motivos para salir suelen ser de carácter multifactorial. Aunque es cierto que la movilidad es esencial (…), muchos decidimos continuar nuestra actividad profesional en el extranjero en busca de las mejores condiciones laborales y científicas posibles para avanzar en nuestros respectivos campos científicos”. CERFA, que surge en 2012 emulando la iniciativa de sus colegas en UK, desarrolla su actividad en uno de los países con mayor inversión en I+D de Europa (2,84% del PIB) y dispone de infraestructuras que la sitúan al frente de la ciencia europea. La asociación cuenta con 206 miembros inscritos, aunque datos del Ministerio Federal de Educación e Investigación alemán indican que hay más de 1.300 científicos y unos 3.800 estudiantes españoles en tierras germanas.
Raúl considera la fuga de cerebros un tema controvertido: “Muchos hemos salido para continuar con nuestras investigaciones, aunque cabe tener en cuenta que la crisis europea ha propiciado un aumento de dicha movilidad dados los recortes”. “Desde el extranjero observamos con preocupación y resignación los recortes en I+D, al igual que los científicos que siguen en España”. Este profesional expatriado lamenta que estas medidas están poniendo en peligro la calidad del sistema científico no sólo el “año del recorte” sino también a largo plazo, lastrando de esta manera la competitividad nacional e internacional.
Sin entrar en las razones para expatriarse, estas organizaciones continuarán trabajando para crear una red de profesionales españoles. Sus objetivos son: fortalecer las colaboraciones científicas, facilitar la llegada de nuevos científicos a estos países y servir de portavoz de los investigadores españoles en RU ante las instituciones españolas y extranjeras.
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