El grupo español Ferrovial inauguró los tramos 5 y 6 de la autopista tejana SH130, que conectan las ciudades de Austin y San Antonio. Con un límite de velocidad de 85 millas por hora (136 km/h), esta vía se convertirá en la primera autopista en Estados Unidos que permita circular a esta velocidad. Los conductores que la utilicen, además, no tendrán que parar para abonar las tasas de los peajes porque el grupo español ha instalado un sistema de pago electrónico.
El consorcio liderado por la compañía, a través de su filial de autopistas Cintra, y en el que participa Zachry American Infrastructure, se adjudicó el contrato para el diseño, construcción y operación de esta nueva infraestructura hasta el año 2062, un proyecto que cuenta con una inversión de más de mil millones de euros.
El acto ha estado presidido por Rick Perry, gobernador de Texas. Además han asistido, entre otros, Rafael del Pino, presidente de Ferrovial; Ted Houghton, presidente de la Comisión de Transporte de Texas; Mary Peters, secretaria de Transporte de Estados Unidos de 2006 a 2009; David Zachry, presidente de Zachry Corporation; e Íñigo Meirás, consejero delegado de Ferrovial.
El proyecto, una colaboración público-privada, cuenta con una inversión de 1.389 millones de dólares (unos 1.064 millones de euros), financiada mediante préstamo bancario, préstamo TIFIA y fondos propios. Gracias a este modelo, la construcción de los nuevos tramos de la autopista SH130 se ha realizado sin ningún coste para el contribuyente estadounidense.
Los tramos 5 y 6 de la SH130 recorren una longitud de 41 millas (64 kilómetros), entre Mustang Ridge, al sureste de Austin, y la autopista I-10/Texas 130, en Seguin, al noroeste de San Antonio. La autopista supone una alternativa al tramo más congestionado de la I-35, autovía que atraviesa el centro de Estados Unidos. Además, la nueva infraestructura permitirá absorber el aumento de tráfico de vehículos pesados que genera la dinámica economía de Texas.
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