“En París no hay que limitarse a los monumentos; hay que conocer la vida parisina a través de sus rincones y su ocio, que es lo realmente bonito”. Teresa García es una enamorada de París. Esta madrileña dejó atrás su carrera en el duro mundo de las finanzas de empresa y se embarcó en 2015 en un proyecto emprendedor y una aventura personal marcados por su admiración por la Capital de la Luz: Paris Infinito, una agencia de viajes para hispanohablantes especializada en diseñar experiencias a medida y organizar visitas y actividades personalizadas por la región de París.

Esta emprendedora llegó a la capital francesa en 2010 como muchos otros expatriados españoles. “Fui una víctima de la crisis”, asegura Teresa, aunque a diferencia de la mayoría, su vínculo parisino arranca mucho antes, cuando sólo tenía doce años. Sin duda, París estaba en el radar de su destino y al recalar en esta ocasión, detectó que “la lengua española estaba maltratada” y que los viajeros se encontraban con muchas dificultades a la hora de moverse. Había un nicho y una demanda insuficientemente cubierta. Así fue como comenzó a frecuentar círculos de emprendedores y, finalmente, decidió poner en marcha Paris Infinito. El proyecto nació con el objetivo de “crear un sitio en el que los viajeros se informasen de qué es lo que pasa en París, de cómo se vive y de qué cosas se pueden ver y hacer más allá de la oferta turística normal, que es bastante repetitiva”.

En sus comienzos, Paris Infinito hacía visitas guiadas sencillas por los barrios más famosos y singulares de la capital hasta que, poco a poco, las demandas de los viajeros conformaron un catálogo de propuestas que van desde visitas privadas al Louvre, excursiones exclusivas a Versalles, el Valle del Loira o Saint Michel hasta lunas de miel completamente personalizadas.

Todas las visitas están planificadas en función del conocimiento que el viajero tiene de la ciudad más visitada y conocida del mundo para atender a su nivel y sus expectativas. “Lo primero que se le pregunta es: ¿Conoce usted París? Y, a partir de ahí, diseñamos la visita que más le interesa”, explica la emprendedora turística. De esta forma, el abanico de propuestas es… infinito. Para los que no conocen París, tienen programas de visita para descubrir la ciudad de una manera muy amena con historias y leyendas como protagonistas; y para los que ya lo conocen, la agencia propone alternativas únicas y desconocidas para el viajero común, como visitar palacios privados, acceder a una subasta en la casa más antigua de Europa o hacer un ‘after-work’ con pintores.

La madrileña Teresa García afronta el reto diario de “renovarse cada día y crear nuevas experiencias”, pero, como buena enamorada de su París, disfruta de todo en su trabajo. Anécdotas tiene cientos, pero recuerda con especial cariño a un viajero que trabajaba en el sector de turismo, que conocía perfectamente París y que, incrédulo, no esperaba ya ninguna sorpresa, pero… “¡Nos vamos al Petit Versalles!”, propuso Teresa. Y, efectivamente, “le sorprendimos con una visita privada que, normalmente, nadie puede hacer”.

Como empresaria, Teresa García destaca “el respeto hacia el emprendedor por ser un profesional que mueve la economía del país” y muestra de ello, es la red de ayudas que existe en Francia para apoyar nuevos proyectos: financieras, de asesoría, de seguimiento o de búsqueda de reuniones. En concreto, la fundadora de Paris Infinito arrancó su proyecto gracias a un programa de creación que conlleva una reducción de impuestos durante tres años para facilitar el lanzamiento y crecimiento de su negocio. Mirando atrás después de tres años de actividad, esta empresaria y financiera española reconoce que “posiblemente esto en España no lo hubiera hecho”.

A la hora de montar un negocio en París, la española aconseja “aprovechar todas las ayudas que Francia pone disposición de los emprendedores, ser cauto, aprender mucho y observar cuál es la forma de hacer, ya que a veces es un poco difícil encajar porque Francia es mucho más planificadora; esto marca unas diferencias bastante importantes con ellos y, a veces, no les gusta mucho nuestra manera de trabajar”. En cuanto a las dificultades, Teresa García menciona la competencia como la principal barrera, aunque también remarca que “en Francia hay hueco para todos”.

En cuanto a su visión de España desde el país vecino, en general, es positiva. “La gente se ha movido bien y España empieza a ser de nuevo un lugar interesante”, pero no cree que la crisis de fondo se haya superado y advierte que “hay muchos problemas que resolver”.

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